La cara es el espejo del alma. En ella se concentran nuestros rasgos más distintivos y con ellos expresamos incluso aquello que a veces queremos esconder. Nuestro rostro nos expresa a través de los gestos, corrobora o contradice lo que expresamos con nuestras palabras. Lo hace con tal precisión y de forma tan universal que ha sido posible codificar 21 expresiones faciales. Y no son siempre puras. La mayor parte de las veces las emociones primarias se combinan en nuestro rostro para expresar una emoción distinta. Quizá es por eso por lo que La Gioconda destila ese halo de fascinación que ha perdurado a través de los siglos.
La foto de esta entrada está tomada de un artículo de El País. Si quieres leer más pincha el enlace.
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